Los niños, la sopa y el placer de estar juntos
Suena la alarma de los vecinos, no me gusta despertar así. Me molesta un poco, pero prefiero olvidarme del sonido y acurrucarme de nuevo en mi cama.
En un par de minutos la alarma deja de sonar, me siento aliviada de que nadie más despertó.
Hoy nada va arruinar mi día, voy a comer sopa de pollo, qué rico ! Se me hace agua la boca.
Me río de mi. No puedo creer la emoción que me produce pensar en mi sopa.
A las 7:30 despierta Oli, la traigo a nuestra cama y le doy el biberón. Ale no tarda en llegar y en despertar a mi esposo.
El día ha iniciado, por suerte no hay terapia, así que hoy no necesitamos ayuda con la bebé. Mi esposo puede trabajar y nosotros hacer escuela en casa.
Antes de terminar el desayuno empezamos a platicar el plan del día con Ale. ¿Qué se hace primero y que se hace después ?
No está de acuerdo. Berrinche a la vista. Noooooo !.
Mi esposo le explica con calma y aún así los argumentos de mi hijo siguen. Después de diez minutos él cede y llegamos a un acuerdo.
Oli empieza a llorar, son casi las once y quiere tomar su siesta, la llevo a su cuna y se queda dormida profundamente.
Ahora sí, vamos a iniciar con la escuela. -Ale apúrate por favor para que puedas hacer dictation ahora que tu hermana no está dando lata.
Inglés, mate y español. -Ale concéntrate, recuerda hacia dónde va el palito de la “p”.
-No me digas, yo ya sé. -Ale está al revés el palito. -Sólo me regañas.
Mi hijo piensa que soy la peor mamá del mundo. 🙈
-Es importante que lo hagas bien, corrígelo.
– ¿Estás enojada mami?. -No, pero no quiero hacer tarea todo el día, es muy sencilla, tú puedes.
Por fin termina. -Ya ves, te lo dije, eres muy bueno. -Ok mami, te quiero mucho.
Después de todo no soy la peor. ❤️
Se escucha ladrar a Oli cual si fuera un cachorrito. Ya despertó, voy por ella y comemos.
Por fin, sopa de pollo, esto es como medicina y amor al mismo tiempo, me recuerda a mi mamá.
Todos disfrutamos mucho la comida. Mi esposo y Ale se ponen a ver una película y yo me pongo a estudiar mientras Oli toma una segunda siesta.
¡Qué paz!. ¿Qué hicimos diferente para que todo funcionara?. Será que nos levantamos con mejor actitud, que mi esposo estuvo mil veces menos ocupado.
Mejor dejo de filosofar y sigo estudiando antes de que se acabe la magia.
Mi esposo y mi hijo bajan, ya casi es hora de la cena, pero una caminata no nos caería nada mal.
Voy por Oli, nos ponemos tenis y salimos a la calle, hace un viento delicioso.
El pelo de Oli vuela y se le ve muy feliz de estar afuera, Ale empieza a jugar a rodear objetos siguiendo las líneas del pavimento. ¿Cómo se le ocurren esos juegos ?.
Volteó a ver a mi esposo con su barba de cuarentena y tiene cara de alivio después de semanas de trabajo exhaustivo.
Gracias Dios por este día lleno de retos, por darle paciencia a mi familia, recuérdanos siempre lo que vale la pena.
Olí se cae, Ale se enoja, mi esposo recibe una llamada tras otra y yo tengo que cocinar.
Vamos todos para adentro !.
Me encantan esos momentos juntos, sin importar lo breves que son, cuando se cae el mundo y no pasa nada.

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