Prácticas para un alma en calma
Siempre me he considerado afortunada por sentir, amor, alegría, gratitud y también tristeza. Hay momentos que uno no se lo permite y el cuerpo lo sabe; los músculos se tensan, el pecho se cierra y es difícil respirar.
Cuando me siento ansiosa y con las emociones atoradas pongo en práctica lo siguiente.
Escritura libre. Para mi escribir es terapéutico, siempre tengo una libreta que me acompaña a donde quiera que voy, en ella vacío mi mente, algunas de mis ideas y también mis sentimientos. No hay juicios ni censura.
Meditación. Hay muchas formas de meditar, a mi me gusta cerrar la puerta de mi estudio, bajar la intensidad de la luz, sentarme en postura fácil, cerrar los ojos y escuchar música para sanar, pero también se puede centrar la atención en algo específico, repetir mantras, realizar técnicas de respiración, descargar una meditación guiada, etc. Si no sabes por dónde empezar, en YouTube y Spotify puedes encontrar el sonido perfecto, los mantras más bellos y voces que te guíen a la relajación.
Yoga. Quizá no encuentres la calma mientras haces una chaturanga, sumes el ombligo o alineas tu espalda, pero al final de tu práctica podrás sentir la diferencia. En internet existen varias secuencias diseñadas especialmente para reducir la ansiedad y otras secuencias enfocadas en el chakra del corazon, o si prefieres puedes ir a una clase de anahata yoga.
Self care. Desde tomar una taza de té, hacer algo que te gusta, tomar una terapia de reiki, usar aceites esenciales, consentirse y consentir al cuerpo.
Si esto no es suficiente y tu alma necesita paz, entonces platica con alguien y si es necesario busca ayuda profesional, que nada te impida respirar, que nada te impida florecer.
Con cariño,

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