Las vacaciones son como un postre, esperas mucho para tenerlo, se disfruta bastante y siempre quieres más.
 
No importa lo que hagas ni a donde vayas, lo importante es romper la rutina o crear una nueva, todo depende de tu personalidad.
 
Si viajas a otra ciudad es la oportunidad perfecta para tener nuevas experiencias, probar comida diferente, caminar mucho y marcar las piernas.
 
Este verano fui a Reino Unido con mi familia. Sinceramente tenía miedo de hacer un vuelo tan largo con un niño de cuatro años, pero afortunadamente nos fue muy bien y Ale no resintió el cambio de horario en absoluto (nosotros sí, porque al regresar a México teníamos un niño con tres veces más energía de la normal).
 
Visitamos Londres, que en esta época es más bonito con sus jardines inmensos, verdes y llenos de flores, y toda la gente haciendo picnics.
 
Fuimos a Stonehenge y dimos una buena caminata, hacía un clima maravilloso y mucho sol, pudimos caminar varios kilómetros y disfrutar del cielo y el paisaje, tomarnos fotos lindas y comer fresas silvestres y cerezas recién cortadas. Fue perfecto.
 
No podíamos dejar de ir a Lego Winsor, que es lo máximo, está en medio del bosque, se recorre en un día, tiene una réplica a escala de las ciudades más importantes del mundo y atracciones muy cool, pero obvio nuestra favorita fue la de ninjago, porque combina juegos mecánicos, realidad virtual y una excelente ambientación.
 
Estuvimos en otras ciudades más pequeñas donde dimos paseos en bote súper agradables; cuando había oportunidad me escapaba de mi esposo y mi hijo para recorrer las galerías y mercadillos locales. 
 
Conocimos castillos y museos, en todos había actividades para niños y en la mayoría contaban con una zona especial para ellos, lo cual hacía todo muy ligero, divertido y educativo.  
 
Mención especial al Tate de Liverpool que disponía de unas mochilas en forma de cohete y dentro de estas había binoculares, una lupa y muchas pistas para encontrar diferentes obras de arte a lo largo del museo.
 
Nuestra última parada fue Edimburgo, en Escocia. Un lugar precioso, si hago una descripción no le haría justicia. Quiero volver en otro momento de mi vida, rentar un airbnb y estar ahí por lo menos dos semanas.
 
Fueron unas vacaciones para recordar. Familia, aire libre, cultura y sitios family friendly por siempre.
 
Antes de llegar al final les tengo que dar las gracias por todo su amor, qué padre es saber que me leen. 
 
En septiembre habrá un post sobre el embarazo por segunda vez, otro que estoy segura que les va gustar de productos picudos y uno más lleno de amor propio que se titula cuando la talla no te pertenece.
 
Con cariño,