El diario de Ale
Además de esto, también anoté cada vez que se enfermaba, cuando sostuvo su cabecita, el día que gateo y aprendió a caminar, el órden en que dijo cada una de sus palabras o intento de palabras.
Empezando por el «po» (perro), papá, pepa (peppa pig), agua, babon (bastón), bye , ava (abuela), popo, sí, pan, pun (pelota), ten (tren), yiyon (león), uva, mmm (cuando saborea la comida), mu (vaca), hasta cuando dijo mamá, yacias (gracias), nana (rana), cane (carne), nana (nanny, su perrita), queta (quieta), up, down, dosh (dos), bo (abuelo), oh oh, uño (uno), ño (no), denana (de nada), tutul (turtle), tes (tres), ok, listo, dedo, Pepé (su bisabuelo), yo, uva, fesa (fresa), yoho (rojo), osho (oso), y su palabra más nueva … oya (hola).
En algún momento creí que está información sólo tenía valor sentimental, pero hace poco que Ale convulsionó, el neurólogo nos hizo muchísimas preguntas importantes sobre su desarrollo, que no hubiera recordado, de no ser por varios de los registros de éste diario, así que me alegro de haber escrito con frecuencia, sobre lo más importante para mí, mi hijo.

Comentarios recientes