Malos consejos para buenas mamás
La maternidad es casi igual de bonita que demandante. Si muy seguido te preguntas si estás dando el ancho, entonces te urge:
Encontrar al menos 20 minutos para ti. Si no tienes ni idea de dónde, prueba silenciar los chats y solamente está al pendiente de los que son más importantes para ti.
Revisa y responde los demás chats una vez al día, así emplearás máximo 10 minutos en lugar de media hora para contestar mensajes.
Si llevas a tus hijos a una clase o una terapia aprovecha para tomar un break de 45 minutos, da una vuelta, toma un café, escucha una meditación, escribe o haz cualquier cosa que le de un boost a tu día.
Hazte amiga del caos. Por favor no cometas el mismo error que yo y pretendas que tu hijo súper pequeñito guarde sus juguetes por tamaños y colores específicos.
Ahorra peleas, tiempo y energía, no seas tan estricta y has que la tarea de clasificar sea algo simple y muy general: legos, carritos, juguetes pequeños y juguetes grandes.
La idea es que los niños lo hagan por si solos, pero si encuentras algo en el camino, no te estreses, simplemente llévalo a su lugar y hazle saber que olvidó guardarlo para que suceda cada vez menos.
Define tu lugar. No estés en la oficina pensando en tus hijos o en tu casa preocupada por el trabajo. Prohibido salir con tus amigas y pensar en tus hijos o estar con tus hijos y lamentar no salir con tus amigas.
Suena horrible pero no lo es, establece limites sanos para ser más productiva o relajarte y regresar a casa dispuesta, paciente y amorosa.
Si proteges tu tiempo, sueltas un poquito el control y entiendes que cuidar de ti te hace mejor mamá, te aseguro que vas a ser una persona más presente y definitivamente más feliz.
