Cómo encontrar tu centro sin salir de casa
Los niños, las horas que pasamos juntos, las veces que nada funciona y los días que fluyen solos me hacen aprender un montón.
Tener a mis hijos cerca, aveces llorando por la dentición, gritándome porque quieren que les haga caso o pidiéndome el snack número 100, me puede volver loca, pero también son una invitación para ir a mi centro, buscar claridad, fomentar la paciencia y disfrutar.
Suena raro, pero mis hijos de verdad me enseñan muchísimo de esas cosas que suenan bonito, porque son bonitas.
Duermen cuando están cansados y comen cuando tienen hambre, siguen sus instintos, esos son sus hábitos.✨
Se acercan al agua con cualquier pretexto, quieren jugar con la tierra, estar descalzos, es su forma de conectar con la naturaleza.✨
Brincan en los sillones y corren porque así ponen toda su energía en movimiento.✨
Quieren pasar tiempo con sus papás, abuelos, enviar audios a sus amigos, porque así pueden estar cerca la gente que aman y de la tribu que los sostiene.✨
Mi misión es hacer, en medida de lo posible, que todo funcione, darles el snack número 100 y aplicar todas estas cosas increíbles a mi vida cada día.

Me encantaría que me compartieras qué lecciones importantes te están enseñando tus hijos?
Ya por último, te quiero platicar que en julio sale a la luz mamá sin recetas – el podcast, para platicar de todo lo que no se puede contar en pocos caracteres. Gracias infinitas 🙌🏻