Faltan dos meses para terminar el 2020. Y no tengo la sensación de que se ha ido el tiempo, más bien, me parece que hice mío cada segundo.

Desde que estamos en casa por la pandemia he dejado de contar la vida en días y empezado a contarla en pequeñas experiencias.

Llego un punto en el que estaba enloqueciendo viendo avanzar el tiempo.

Necesitaba algo dentro de mi rutina que me moviera el corazón.

No era tan complicado, mi familia, cosas que me apasionaran, los pequeños placeres como escribir, tomar una buena taza de té, y el espectáculo que es el día y la noche siempre habían estado ahí.

Solo que los pasaba por alto de lunes a viernes y solo disfrutaba de ellos el fin de semana.

Qué locura !. Definitivamente ahora todos mis días cuentan, sin importar el clima, compromisos sociales o salidas.

Que noviembre y toda la vida estén llenos de momentos plenos.

AF