Los regalos de la edad
Parece que con los años la vida se pone más bonita, se camina más ligero, se duda menos y de a poco se van los miedos.
Recuerdo que a mis veintes sentía que la vida era una montaña rusa, ahora a mis treintas creo que es un paseo en el parque. Uno bonito, de esos que tienen mucho pasto verde para sentarse y hacer un buen picnic.
Resulta que con el tiempo uno aprende a poner su energía en lo importante; la salud, la familia y los sueños.
Te conoces, te gustas y te quieres más, cuidas tu cuerpo y le dices adiós a los complejos.
Encuentras tus pasiones y conectas mejor contigo y con las demás personas.
Das tu opinión, y hablas de los temas que te encantan o escribes un blog ☺️, da igual si a los demás les gusta porque no estas buscando aprobación.
Te vuelves más directo y aprendes a decir “no” a lo que no te conviene, o ser honesto cuando estás cansado, cuando no quieres salir o no puedes hacer algo.
Entonces te alejas de las excusas y te vuelves más confiable.
Tus experiencias son más auténticas y te aportan más felicidad.
No te complicas, no te frustras si tu día no fue “perfecto”, simplemente haces todo con amor y empiezas a vivir en agradecimiento constante.

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