Un paseo. Cuando los niños y los papás estamos aburridos no hay mejor antídoto que salir a caminar, ejercitarse y toparse con uno que otro perro o gato es suficiente para regresar a casa de buen humor.

Si tú bebé es pequeño y tienes miedo que toque algo, llévalo en el canguro, su carriola, o en un triciclo.

Un baño. El contacto con el agua es de las cosas más increíbles que hay en la vida. Lleva a tus hijos a la tina y ponles tacitas de plástico, juguetes y todo lo que se te ocurra qué puede ser divertido.

Deja que ellos bañen a sus muñecos y practiquen juntos las partes del cuerpo.

Otra opción son las bath bombs de colores, puedes encontrar muchas marcas seguras y libres de químicos.

Cocinar. A los niños les encanta ayudar si pueden estar en contacto con las texturas y los olores, si los dejas lanzar comida a los tazones o tirar las cáscaras a la basura los verás muy divertidos.

La cocina puede ser muy buena para contar y repasar colores, así como nombres de frutas y verduras.

Si tienes hijos grandes deja que se involucren más y jueguen a ser chefs. Toma las medidas de seguridad necesaria y fomenta su independencia.

Las actividades de la vida diaria no tienen que ser tediosas o aburridas, siempre pueden ser una oportunidad para aprenderse y divertirse en familia.

AF

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